¡Estoy de estreno! He comenzado una nueva colaboración con otra publicación de Salud Natural. Aquí os dejo este artículo ‘comestible’. Podéis pinchar el enlace sobre la imagen 🙂
Según la OMS, alrededor del 3% de la población adulta mundial padece algún tipo de alergia alimentaria, doblándose tal porcentaje en el caso de la población infantil (hasta 5 años).
En cuanto a las intolerancias, se cree que el porcentaje es mucho mayor ya que éstas pueden pasar desapercibidas durante años o incluso de por vida, sin pararnos a pensar que ese dolor de cabeza tan frecuente, esa molestia abdominal o ese cansancio habitual, pueda estar motivado por una o varias intolerancias a diferentes alimentos.
Definición de Alergia
Técnicamente, una alergia es una reacción inmunológica a un alimento, susceptible de ser medida y que, por lo general, resulta inofensiva. Por supuesto, también existen alergias a determinados productos químicos, alergias estacionales, al polen, al polvo, al pelo de ciertos animales, etc. En este artículo nos vamos a centrar en las alergias alimentarias.
Alguno de los síntomas de las alergias alimentarias pueden ser ronchas que pican, inflamación de los labios, nauseas, vómitos, diarrea, eczema u otras reacciones en la piel, fatiga, catarro, estornudos, congestión nasal, molestias en la garganta, dificultad al tragar, retención de líquidos y dificultad al respirar hasta el punto de poder llegar a una anafilaxia o constricción severa de las vías respiratorias.
Alimentos más comunes asociados con alergias
Los alimentos más comunes que producen alergias son la leche de vaca, el trigo, cacahuetes, huevos, mariscos, caseína y el MSG (glutamato monosódico).
Los científicos aún no entienden exactamente qué provoca que se produzcan estas alergias. Muchas alergias suelen aparecer en varios miembros de la familia, asociándolo a un componente genético. También hay evidencia científica que demuestra que algunas alergias son a causa de la introducción temprana de ciertos alimentos en bebés; muchos bebés que toman leche de vaca en vez de leche materna en los primeros meses de vida desarrollan alergias, y lo mismo pasa con niños a los que se le da trigo, huevos u otros alimentos antes de que su aparato digestivo esté preparado para ingerirlos. A cualquier edad, el consumo excesivo de cualquier alimento puede dar lugar a una alergia. Por ejemplo, es común la alergia al trigo, ya que la mayoría de la gente lo suele tomar en cada comida o a modo de snack.
Definición de intolerancias
Por el contrario, las intolerancias producen reacciones a alimentos sin que exista necesariamente una respuesta del sistema inmunológico que pueda ser medida por un test standard de laboratorio. Aunque los síntomas de las intolerancias no constituyen un riesgo para nuestra vida, sí que pueden resultar muy molestos y derivar, a largo plazo, en otros problemas de salud.
Algunos de los síntomas de las intolerancias pueden ser dolor, calambres o hinchazón abdominal, cambios de humor bruscos, fatiga, dolor de cabeza, infecciones recurrentes, dolor en articulaciones, reacciones en la piel, círculos oscuros debajo de los ojos, así como el hecho de moquear por la nariz. Estos síntomas pueden aparecer hasta 48 horas después de haber ingerido el alimento.
Alimentos más comunes asociados con intolerancias
Las intolerancias más comunes suelen estar provocadas por alimentos como la leche de vaca, el trigo, maíz, soja, chocolate, cítricos, endulzantes artificiales y conservantes. La mayoría de las intolerancias se adquieren durante la vida y normalmente se puede eliminar o disminuir, si los alimentos ante los que se reacciona son eliminados durante un tiempo de la dieta diaria. Las intolerancias aparecen por falta de variedad en nuestra dieta, digestiones y desintoxicaciones malas, junto con la genética de la persona, ya que todos juegan un papel relevante.
La mayoría de las personas que presentan intolerancias suelen padecer un síndrome subyacente del intestino permeable. Esto significa que los alimentos no están siendo desglosados/digeridos eficientemente (especialmente las proteínas) y una vez absorbidos, aumentan o intensifican una reacción inmunológica. La clave en estos casos consiste, antes que nada, en reparar las paredes del intestino para mejorar la digestión de los alimentos. En este punto, la Naturopatía resulta muy efectiva.
Cómo identificar una alergia o intolerancia
Alergias e intolerancias pueden resultar difíciles de identificar. Una respuesta inmunológica puede tardar horas o días en desarrollarse y se puede confundir con alergias de temporada o con otras dolencias como resfriados, gripes, problemas de piel, fatiga crónica y muchos otros. Además, las alergias no sólo se dan al ingerir grandes cantidades de un alimento específico: se puede experimentar una reacción con una cantidad ínfima o, incluso, con el tacto o la simple inhalación del alérgeno.
Algunos métodos muy eficaces para averiguar ante qué alimentos se presentan alergias o intolerancias son el análisis de sangre, test cutáneo o mediante la terapia de un kinesiólogo o naturópata especializado.
Otro método, muy efectivo si se realiza de la manera correcta, es lo que se conoce como dieta de eliminación y consiste básicamente en:
- Prescindir de aquellos alimentos que se ingieran con más frecuencia ya que alguno de ellos puede ser, con mayor probabilidad, el que nos causa el problema. En este punto, un diario en el que se escriba todo lo que se come es una buena forma de comenzar este método.
- Junto a nuestros alimentos más habituales, es conveniente suprimir también de nuestra dieta las verduras conocidas como solanáceas (las más comunes son la patata, el tomate, la berenjenas y el pimiento) ya que este tipo de verduras se ha revelado como uno de los causantes más habituales de reacciones alérgicas e intolerancias. Tras permanecer al menos 2 semanas sin ingerir ninguno de estos alimentos, lo más habitual es que, durante este periodo, no desarrollemos ningún síntoma corporal o mental (dolor de cabeza, cambios de humor, inflamación, etc.) o, si tales síntomas los presentábamos antes de prescindir de los citados alimentos, lo más probable es que, a lo largo de estas dos semanas, vayan remitiendo hasta desaparecer.
- Si por el contrario, los síntomas persisten o surgen otros nuevos, lo más indicado es acudir a un profesional naturópata, nutricionista o kinesiólogo para que nos reconozca y asesore.
- Si, como probablemente ocurrirá, todos los síntomas han desaparecido tras las dos semanas sin la ingestión de estos alimentos, se deberá añadir un alimento de los eliminados cada 4 días en la dieta y anotar si se tiene algún cambio o malestar. Si a partir de los 4 días no hay cambios, este alimento se mantiene en la dieta y procedemos a añadir otro y así sucesivamente. Si al ingerir uno de estos alimentos se notan molestias, dolores o cambios emocionales, significa que nos hace daño y somos intolerantes o alérgicos a él.
Recomendaciones
Un apunte importante: ante cualquier dificultad respiratoria o erupción que se extienda rápidamente, es esencial acudir con rapidez a un médico, ya que algunas reacciones alérgicas pueden desarrollarse con mucha rapidez y resultar incluso fatales.
Lógicamente, el paso más fundamental es identificar cuáles son las alergias o intolerancias y eliminarlas de nuestra dieta. Por lo general, cuanto más equilibrada y variada sea la dieta, menos posibilidades tendremos de desarrollar una reacción, así que debemos intentar comer cosas diferentes todos los días.
Es importante que incluyamos en nuestra dieta alimentos que refuercen nuestro sistema inmunológico, tales como alubias, semillas y frutos secos (por su aporte en magnesio); verduras de hoja verde y levadura (vitaminas del grupo B) y mucha fruta y verdura para (vitamina C). Además, hay productos que pueden ayudar con las reacciones alérgicas o intolerancias. Entre otros, encontramos:
- Quercitina: tiene propiedades antialérgicas.
- Vitamina C con bioflavonoides: reduce la reacción
- Enzimas digestivas: para reducir las intolerancias
- Probióticos: estas bacterias buenas ayudan al sistema inmunológico y a cómo éste percibe los alimentos, los metaboliza y los digiere
- Diente de león: ayuda a la función y desintoxicación del hígado
Hay muchísimas otras recomendaciones y terapias para ayudar a controlar y reducir las reacciones alérgicas e intolerancias, tales como Homeopatía, Acupuntura, Terapia Craneosacral y Reflexología. Además, hay técnicas como el Yoga, PNL o el Quiromasaje, que ayudan a la reducción del estrés, ya que éste puede afectar al aparato digestivo y a cómo absorbemos y toleramos ciertos alimentos.
Es fundamental escuchar las señales que nos manda el cuerpo y, si hay molestias que creamos que puedan ser debidas a una alergia o intolerancia, debemos tomar las medidas apropiadas para encontrar el/los alimentos que nos están haciendo daño.
Y, sobre todo, disfruta de una dieta variada y ¡sé feliz!