Nuevo artículo en colaboración con una publicación de Salud Natural en España. Si quieres, puedes pinchar el enlace que aparece sobre la imagen
Lo dijo Cicerón: ‘la cara es el espejo del alma’ y debemos cuidar de ella por estética y por salud. Y no es sólo cosa de mujeres; es verdad que los hombres tienen una piel más grasa y más gruesa pero también envejece si no se trata, algo que a los hombres, por regla general, parece que no importarles demasiado. Chicos, esto debemos cambiarlo ¡ya!. Chicas, debemos seguir ‘dando la cara’ 😉
Manteniendo costumbres adecuadas e incorporando complementos y tratamientos naturales, podremos conseguir que el paso del tiempo no se acelere sobre nuestro rostro. Aprovechemos que han acabado las Navidades, en las que la piel ha sufrido más por la falta de sueño y ejercicio, exceso de bebidas y comidas, para hacer un propósito de ‘puesta a punto’ partiendo de la Salud Natural como método.
Hábitos saludables:
- Beber agua, 1 litro ó 1 litro y medio al día según nuestra complexión y actividad. El agua proporciona la hidratación desde el interior que la piel requiere para lucir sana y joven. Evita sustituirla por zumos o refrescos puesto que aportan azúcares y gases que, en según qué cantidades, tienen efectos adversos para la piel.
- Usa siempre crema de protección solar. El sol es el principal factor de envejecimiento de la piel. En cualquier época del año en que nuestra piel vaya a someterse a una exposición prolongada al sol, debemos protegernos, ya sea verano o invierno, en la montaña o en la ciudad. Porque el sol no deja de irradiar por encontrarnos más desurbanizados…
- Introduce en tu dieta alimentos ricos en antioxidantes para combatir radicales libres: arándanos (rojos y negros), moras, alubias, alcachofas, patatas, nueces y avellanas.
- Dormir 8 horas o, al menos, 7 horas diarias. Mientras dormimos, nuestro cuerpo descansa y se regenera. Ésto incluye a la piel, especialmente la de la cara.
Factores a corregir:
- Nunca duermas sin lavarte la cara y desmaquillarte. Hacerlo antes de acostarse es más importante que por la mañana y muy necesario si usas maquillaje. Durante el día, las toxinas ambientales se acumulan en la piel y penetran en sus poros. Si no las eliminamos antes de acostarnos, a la larga tendremos problemas de cutis.
- Cuidado con los tratamientos agresivos para tratar la grasa o acné. También aparecen en las mujeres mayores de 40 años debido a cambios hormonales. Los exfoliantes suelen ser agresivos con la piel (en su mayoría compuestos por ácidos), que la irritan y cuyos efectos en pieles sensibles pueden ser considerables si no elegimos el adecuado.
- El estrés es otro importante enemigo de la piel pues hace que se eleve la segregación de cortisol (hormona natural producida por nuestro cuerpo). La pérdida de colágeno en la piel, inducida por el cortisol, puede llegar a ser hasta diez veces mayor que en cualquier otro tejido corporal.
Alimentos para producir colágeno: es una proteína natural que sostiene la piel por lo que la falta del colágeno provoca una falta de firmeza e incremento de la flacidez. Existen alimentos que contienen colágeno (carne de pollo, cerdo, pavo, pescado, vaca, cabra, caballo o buey, …) y alimentos que estimulan su producción (ricos en Vitamina C como el kiwi, cítricos, arándanos, fresas, brócoli, perejil fresco y pimientos rojos; antioxidantes como frutos rojos; alimentos con aminoácidos como pescado azul, clara de huevo y carnes magras; frutos secos como nueces, avellanas, pipas de calabaza, almendras y pistachos; alimentos con azufre como ajo, perejil, cebolla, plátano, papaya y tofu). Para que sean efectivos, hay que combinarlos y comerlos a diario, siempre dentro de una dieta equilibrada.
Ejercitar los músculos faciales: la cara en la especie humana alcanza posibilidades expresivas extraordinarias, ya que bajo la piel hay más de 20 (23 o 24, según autores) músculos distintos. La mayoría de nosotros apenas los ejercitamos; el último periodo prolongado en el que los ‘activamos plenamente’ es cuando lloramos siendo bebés. Existen programas específicos de gimnasia facial que se pueden practicar desde los 25 años y que, con constancia, favorecen el volumen de los músculos, equilibran el desgaste del tejido facial, previenen la flacidez y aumentan la elasticidad de la piel, lo que minimiza las arrugas.
Masajes faciales: otra manera fácil, no invasiva y natural de conseguir mejorar el aspecto general de la piel del rostro y prevenir el envejecimiento. Dan luminosidad, activan la circulación sanguínea, tonifican los músculos faciales, mantienen el contorno firme y ayudan a eliminar toxinas. Van muy bien en caso de que tengamos arrugas y flacidez, con el fin de corregir y minimizar. En caso de no tenerlas, sirven para prevenir. Generalmente, se emplean aceites en lugar de cremas para evitar la absorción rápida y así trabajar con una piel permanentemente hidratada. Aunque existe numerosa aparatología, también se realizan únicamente con el empleo de las manos expertas de un especialista. Se suele prestar especial atención a la piel del contorno de ojos. Manteniendo una buena rutina de masajes, se puede conseguir una piel más tersa y suave 🙂
Acupuntura estética: basada en la Medicina China, la acupuntura facial ofrece una forma indolora y natural de reducir la aparición de arrugas, abordar las que están y apoyar a un cutis sano. El rejuvenecimiento facial mediante la acupuntura es una terapia única, diseñada para minimizar y corregir las evidencias visuales del envejecimiento, estimulando la habilidad natural del cuerpo para regenerarse. El tratamiento disminuye el proceso de envejecimiento desde dentro y por ello, mientras se trabaja sobre la cara, también se hace énfasis en el resto del cuerpo para lograr un máximo equilibrio interno/externo. La inserción de diminutas agujas en las capas superficiales de la piel aumenta la producción de colágeno en la zona, aportando a la piel mayor elasticidad y apariencia más juvenil. Consigue en pocas sesiones devolver al cutis un aspecto terso y una luminosidad extraordinaria, atenuando el impacto de las líneas de expresión. Los resultados pueden verse desde el primer momento pero conforme avanzan las sesiones sus efectos son más duraderos. Un ciclo de tratamiento tiene 12 sesiones, cada una de 1 hora aproximadamente. No es posible el tratamiento a embarazadas, personas con migrañas no tratadas y personas con problemas de coagulación.
Un último consejo: ¡sonreir!, ¡SONREIR! Según investigaciones científicas, reír y sonreír aportan beneficios para la salud a través de cambios fisiológicos inconscientes. Cuando sonreímos:
- liberamos endorfinas (responsables de hacernos sentir felices y bajar el estrés) que contrarrestan el cortisol y, por tanto, contribuyen a mantener el colágeno
- aumenta el ritmo respiratorio: más entrada de aire y más oxígeno en sangre. Así, la piel recibe un aporte extra que la hace lucir más tersa y joven
- movemos muchos de los músculos faciales que tensan la piel y ‘trabajan’ su elasticidad
- una sonrisa nos hace parecer más accesibles y atractivos (a veces, irresistibles)
Conclusión: tener un cutis sano depende en gran medida de pequeños actos cotidianos a nuestro alcance. Presta atención a tu alimentación, hidrátate y protégete del sol de forma habitual. Si quieres efectos revitalizantes que devuelvan a tu rostro luminosidad, frescura y que minimicen el paso del tiempo, acude a un buen profesional de la Salud Natural (acupuntor, nutricionista) para que te aconseje cómo verte ‘con mejor cara’ 😉