El dolor de espalda es la tercera causa más frecuente para visitar al médico de cabecera, después de la tos y los resfriados. Es una dolencia común crónica o un síntoma experimentado por la mayoría de las personas en algún momento de sus vidas, generalmente debido al embarazo, malas posturas, el ejercicio físico, el sobrepeso, deficiencias nutricionales, el envejecimiento o el estrés.
En primer lugar, hay que acudir a un profesional para que le haga una revisión que permita encontrar el origen del problema y descartar la posibilidad de cualquier otro diagnóstico como la artritis, hernia de disco o cálculos renales.
Una vez hayan sido descartados otros problemas subyacentes, y mientras el dolor de espalda continúe, abordar cuál es la causa del dolor es fundamental para reducirlo o eliminarlo. Así por ejemplo, si el paciente tiene sobrepeso, puede ser esencial para contribuir a combatir el dolor de espalda el encontrar un plan de salud adecuado con la ayuda de un naturópata o nutricionista que le posibilite reducir peso y así aliviar parte de la presión sobre el el área del dolor. El nutricionista y/o naturópata evaluaría la dieta, estilo de vida e incluso el estado emocional del paciente con el fin de eliminar la causa del dolor de espalda.
Dependiendo de la razón por la que el dolor de espalda se refleja en ese área específica, hay varias terapias naturales que podrían ayudar a aliviarlo, reducirlo o eliminarlo. Si el dolor es un dolor muscular (por ejemplo debido a contracturas, presiones posturales o ejercicio) las terapias manuales como el masaje, quiropráctico, terapia craneosacral o incluso la reflexología podrían hacer maravillas. Si el dolor de espalda es también originado por el estrés, y por lo tanto conlleva algo de tensión emocional, las terapias psicosomáticas adicionales, como esencias florales o el uso de aceites esenciales en los masajes, pueden contribuir a trabajar sobre el condicionamiento emocional de la causa del problema al mismo tiempo que ayudan a mitigar el dolor.
En ocasiones, un buen estiramiento o tonificación del cuerpo junto con algunas posturas de yoga específicas, pueden paliar el dolor al mismo tiempo que ayudan a calmar la mente. Otras veces, puede ser necesaria la incorporación o disminución de minerales / vitaminas en el cuerpo para permitir la relajación de los músculos y del sistema nervioso, tales como el magnesio.
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