Cómo cuidar del cuerpo durante las Navidades

Post.13_Navidad (1)Nos adentramos en unas fechas complicadas: compromisos familiares y laborales alrededor de comidas; un poco más de tiempo libre que nos permite salir, entrar y visitar lugares plagados de manjares culinarios; nos liberamos de las rutinas diarias que nos ayudan a cuidarnos y contenernos de caprichos; nos repetimos como excusa que una vez al año no hace daño…aunque sea una vez detrás de otra…     En fin, que irremediablemente parece que el festejar nos va a llevar a un descontrol total … ¡o no!  Hay formas sencillas de ir equilibrando la lista de los + con la de los -. Como en casi todo, se trata de compensar. Pero esta vez, sin tener que esperar a que se acaben las Navidades. Este año pasamos el propósito al ‘durante’ en lugar de al ‘después’; así la cuesta de Enero no se nos hará tan empinada 🙂

Para hacer que sea un plan fácil de asumir, os propongo lo que he llamado ‘si me paso, doy un paso’. Es sencillo: alimentos para contrarrestar excesos y movimientos para hacer el plan más efectivo. Sí, y podemos empezar desde ahora mismo:

  • Comidas calóricas

No sólo son las cantidades que consumimos (a veces pueden llegar al doble de lo habitual) si no qué comemos. La dieta base navideña suele estar compuesta por alimentos ricos en grasas, azúcares, hidratos de carbono abundantes, etc. Al cuerpo lo abastecemos de energía imposible de consumir durante el día o los días posteriores. Y ésto, amigos, son 3 a 5 kilos de media que cogemos en fiestas. Las recomendaciones pueden ser muchas: desde comer de todo pero servido en plato pequeño (sin repetir, tramposos) hasta privarse de aquello que sólo olemos en estas fechas. Pero seremos benevolentes: introducid alimentos que sirvan de alternativa saludable a guarniciones y segundos platos. Estos alimentos, además de restar energía ingerida, nos ayudarán en funciones básicas de limpieza y depuración.

Post.13_Navidad (3)Hablamos de: espárragos y alcachofas (diuréticos y ricos en minerales), col y brócoli (laxantes y reductores del colesterol ‘malo’), frutos rojos (protegen contra el estrés oxidativo), ensalada de rúcula y demás hojas oscuras (que ayudan con las digestiones además de depurar y añadir muchos minerales). También de ajo, cebolla o jengibre para dar sabor y para defender nuestro cuerpo contra las enfermedades, con sus propiedades antimicrobianas y antibacterianas. Es muy recomendable intercalar alguno de estos alimentos o incluso reemplazar alguna comida principal por una combinación de ellos. También es efectivo añadirlos en días previos y posteriores, para ayudar a depurar antes y después.

  • Bebida en exceso

Y no estamos hablando precisamente de agua ¿verdad?. Nos referimos al alcohol, bebidas gaseosas y altamente azucaradas, que se convierten en el acompañante imperfecto de las comidas copiosas y añaden muchas calorías extras sin nutrición al día. Mi recomendación principal es moderación y por cada vaso de alcohol que se tome que se supla la hidratación del cuerpo con un vaso de agua igual de grande. El cuerpo no reconoce ninguna otra bebida para hidratar nuestro sistema. De hecho, las infusiones, tés y cafés los deshidratan con su poder diurético. Los zumos son considerados como comida y el agua que contienen apenas es absorbida y su contenido de azúcar solo nos va a dar problema con los dientes y con la insulina. El alcohol actúa como diurético así que nos deshidrata y hace que eliminemos valiosos nutrientes de nuestro cuerpo tales como las vitaminas del tipo B. Con lo que si vas a beber alcohol, bebe agua, agua y más agua para compensar y toma comidas que tengan tomate, alubias y arroz integral para recuperar los nutrientes perdidos con el alcohol.

  • Falta de descanso

Para llegar a tiempo en los desplazamientos largos, para estar más con lo que menos vemos, para disfrutar los ratos de alegría con los amigos… La cuestión es que en Navidades descansamos menos y, en ocasiones, peor. Dormir bien ayuda al buen funcionamiento de nuestro cerebro, a regenerar nuestros tejidos, a liberar nuestras tensiones corporales, y, en definitiva, a mantenernos sanos. Si no podemos programar nuestras actividades para dejarnos libres 7-8 horas continuadas de sueño, no dudemos en hacer uso de nuestra mundialmente conocida siesta. 15-20 minutos en los que lleguemos a la vigilia serán suficientes. No será bueno tumbarse, especialmente tras una comida abundante. Una vez nos levantemos, evitemos las señales que nos manda el cerebro: comer dulce (cuando dormimos el cerebro utiliza mucha glucosa y eso hace que despertemos con una ligera hipoglucemia). Dejemos el dulce para cuando podamos gastarlo 🙂

  • Ejercicio

ejercicioUna hora de ejercicio al día será suficiente para ayudar al buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Especialmente para que nuestro metabolismo no se ralentice y la circulación y el sistema linfático sigan activados y haciendo su función cuando más los necesitamos.

Cada persona tiene su rutina con relación al ejercicio y, si no la tienes, en la Navidad no la vas a comenzar así que con una hora caminando al día será suficiente para empezar.

  • Medicación extra

La simple combinación de varios de los factores anteriores hace muy probable que aparezcan molestias, por separado o simultáneamente: jaquecas, dolores musculares, pesadez y mala digestión, etc. Eso puede tentar a tomar medicación sin supervisión ni prescripción facultativa (algo a evitar en cualquier situación). Existen alternativas naturales al Ibuprofeno (como la uña de gato o la curcumina procedente de la cúrcuma) y a la Amoxicilina (como el própolis o el ajo). Las dosis en las que deben ser ingeridas así como la opción más adecuada a cada molestia deben ser supervisadas y aconsejadas por un profesional de la naturopatia. En lugar de recurrir a los fármacos ansiosamente, podemos tomar infusiones de hierbabuena o pasiflora para el dolor de cabeza o darnos una sesión de terapia craneosacral biodinámica para los dolores musculares. Y sobre todo, no contribuir a que el cuerpo incremente sus niveles de acidez y toxicidad.

Hagas lo que hagas estas fiestas, no te olvides de optar por andar cuando se pueda, beber agua tras cada copa, decir que sí a las verduras o ensaladas, echar una siesta si el día lo permite y, mejor aún, si esa siesta te la tomas mientras te dan una sesión de acupuntura facial para rejuvenecer el cutis durante las fiestas (e incluso después). Disfruta sin abusar, ya que la moderación es la clave para ser felices estas Navidades.                                                                ¡Felices Fiestas!


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