“Confesiones de una pequeña adolescente”. Por Paulina Vilarrubias

Aquí estoy, viviendo esta época de adolescencia… Se vuelve incomprensible para muchos de los que me rodean. Sólo unos pocos de mis amigos entienden lo difíciles que se me hacen los días. Cada mañana te escribo, mi diario, mi refugio. Aquí contemplo esta revolución de sentimientos que me hacen perder la razón a ratos.

El conflicto constante entre mi familia y mis obligaciones como estudiante sólo hace que quiera pensar en dejar la casa de mis padres, que lo único que hacen es machacarme, y que no entienden que yo ya no soy esa pequeña que sus ojos contemplan. Me hacen enfrentarme a ellos; esa pequeña niña que algún día fui, a la que enseñaron a ser buena y exitosa, es a la que ahora imponen ser el modelo que ellos quieren que sea para aliviar sus sueños frustrados. Yo no soy el espejo que les refleje lo que ellos desearon haber sido. Esa no soy yo. Y me regañan; pero cuanto más me regañan, más rebelde me vuelvo. Y me preguntan qué me sucede; yo me agobio y les digo que me dejen en paz.

Ellos se sienten confusos y se resisten a ver que he crecido. Y a mí me comen las inseguridades al no poder entender realmente quién soy y quién quiero ser. Antes ésto no me pasaba pero ahora soy todo dudas. Y no dejan de repetirme ‘nosotros sólo deseamos tu felicidad’’. Realmente creo que la desean. Pero es que ellos piensan que son ‘sus’ sueños, eso que son ajenos a mí, los que me brindarán mi/su felicidad…

Supongo que ningún padre tiene un manual para serlo; sin embargo, ellos también vivieron esta etapa y deberían poder comprender los cambios que vivo a diario. Cosas como mi ciclo menstrual se me hacen extrañas; el día que me vino por primera vez me dijeron ¡ya eres toda una mujer!. Cuando escuché esas palabras me sentí desconcertada… no podía entender que por el hecho de sangrar ya podía ser adulta. ¿Y cuándo los niños se vuelven adultos? Más preguntas taladrándome la cabeza. A veces sólo deseo seguir siendo pequeña y no volverme adulta de un día para otro, o al menos, encontrar una transición suave entre mi pequeña yo y mi media adulta.

El otro día estuve leyendo una frase de John Lennon: “Cuando tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser de mayor y yo respondí FELIZ… me dijeron que no entendía la pregunta y yo les respondí que ellos no entendían la vida”. En esta etapa de mi vida desearía que muchos adultos entendieran por lo que atravesamos: peleas familiares, la presión escolar, los cambios hormonales, ser aceptado por tu entorno, la frustración de no saber quién soy, las inseguridades de crecer aceptando tantos cambios, … Vosotros sois nuestro patrón de vida y por eso es importante un buen patrón. Estoy hecha un lío y creo que nadie me entiende…

Te dejo con cariño, mi querido diario. Mañana será un nuevo día para cambiar

Este relato, transcripción de un caso real, sirve para introducirnos cómo puede intervenir el Coaching en la vida de un adolescente. Un Coach le ayudará a encontrar las herramientas para:

•    Permitirle sobrellevar el día a día con control e inteligencia emocional
•    En situaciones comunes o de nivel más profundo (traumas, fobias, …)

En cualquier caso, aunque quizás aún más en adolescentes, podemos identificarlo como un entrenador personal. Entrenador porque te orienta y acompaña para que logres sobrepasar todo tipo de obstáculos (procesos de cambio y aprendizaje); a través del entrenamiento puedes eliminar todo tipo de malos hábitos, generando nuevas conductas y comportamientos que aportan nuevas sensaciones positivas. El Coach orienta a nivel personal porque se concentra en tu persona, no en tu entorno, siendo tú quien generas el cambio; verás entonces como tu entorno cambia y logras el éxito de tu objetivo. Porque el objetivo debes ponerlo tú, saber qué quieres y tu Coach, tu entrenador personal, te ayudará a que lo alcances. Te entregará sus consejos y apoyo desde tu propia libertad de elección para ayudarte a avanzar con fortaleza y seguridad, permitiéndote encontrar tu camino, experimentar la recompensa por el esfuerzo y descubrir tu verdadero yo.